Era blanca,
esa pequeña puerta por donde pasaban las Hadas,
empotrada en ladrillos de corales,
regalo de las Sirenas,
Libiana y Soraya.
Pues en un tiempo ya lejano,
las Hadas se hicieron cargo,
de la vida y educación de ambas.
Pero la historia que aquí se cuenta,
no es una historia cualquiera,
pues en el mundo de las Hadas,
el Amor por los demás,
jamás tiene limitaciones.
Acogiendo dentro de él,
todo tipo de razas,
todo tipo de civilizaciones,
fueran de donde fuesen
pues para ellas no existe nada en los Universos,
que no sea contemplado,
como un regalo.
Si los Humanos dejaran fluir,
esos mismos sentimientos,
que dentro de ellos llevan,
no abría fronteras,
ni nadie que las cuidara.
El Planeta sería tan libre,
como libre son las Hadas,
que sin perjuicios que las atormente,
hicieron de padre y madre,
de dos hermosas Sirenas,
una blanca y otra negra.
FANTASIA
Preciosa la historia de las dos Hadas. Seguro que están felices en su casa de puertas blancas, tan blancas como el corazón de quien relata su historia.
ResponderEliminarTeresa, perdona mis ausencias en tu casa. Las obligaciones no me permiten visitarte todo lo que quisiera...
Aún así siempre estás en mi pensamiento porque formas parte de mi vida desde hace mucho tiempo.
Quédate con mi sincero cariño y admiración.
Un cálido abrazo.
Hola Belén,nada hay que perdonar por Dios!! esto aunque para nosotros es algo serio también es un escape hacia otro lugar donde no existe obligaciones.
ResponderEliminarYo, últimamente también tengo menos tiempo y debo elegir entre contestar a los comentarios o escribir, y aunque las dos cosas me gustan,escribir hace que me sienta muy bien,por ese motivo suelo contestar un poco más tarde de lo acostumbrado.
Todo mi cariño Belén.