Fantasía cuenta la historia de tres niños a la vez.
En un bonito palacio, tres luces salían por las ventanas, cada una de un color y las tres a la vez el palacio alumbraban, pues eran luces de los niños que en el palacio habitaban.
Y no era un palacio normal pues había tanta alegría que envidia despertaría, y aquí comienza la historia del palacio de la alegría, pues así era conocido en el valle de Daniel, Ruben y Jesús.
Tres nombres que sus padres eligieron no por casualidad, pues los tres son hebreos y pertenecen a la divinidad. Y los tres hermanos actuaban según sus nombres significaban.
Daniel, "Justicia de Dios", eso significa el nombre del mayor, de 8 años de edad, y os puedo asegurar que exceptuando las cosas que tienen los niños era justo de verdad.
Ruben, "Dios ha visto mi aflición" de 5 añitos de edad, y no se equivocaba quien en el significado a este nombre le adjuntaba. Ruben sufría por todos menos por él. Era cariñoso, simpático, amable y todo le parecía bien. Se desvivía por sus padres, por sus hermanos y por su tati también. Por eso siempre lo defendía su hermano mayor, Daniel.
Jesús, "Salvador" significa, pero no sé cómo definirlo yo, pues de momento tan sólo cuenta con tres añitos. Es pícaro, mimoso, y parece un bombón, te dan ganas de comértelo y cuando sea mayor, seguro entenderá qué significa Salvador,
Y con tres luces así, la envidia se despertó y en el palacio de la alegría se coló.
Estuvo por poco tiempo, pues su mamá no permitió que a esos tres luceros le rozara y de un empujón fuera de palació a la envidia echó.
Y hasta aquí Fantasía puede contar, pues a la Magia le dió el encargo de cuidar a esos tres hidalgos, Daniel, Ruben y Jesús.
FANTASÍA.