Sus largos cabellos siempre estaban recogidos,
con un pasador de plata y oro,
señal del equilibrio del ser humano,
su vestido blanco hacía de la Sacerdotisa morena,
un ser especial,porque Dios le había otorgado,
la gracia de saber sin estudiar,
pues lo que ella sabía no estaba en ningún manuscrito.
Pues al igual que otros escritos,
tan buenos y verdaderos se habían tergiversados,
siempre en favor de un ser humano,
cuya intención siempre era la misma,
hacer esclavos.
Por eso esos libros sagrados,jamás fueron escritos,
pero no por eso olvidados,
simplemente están en la memoria de quienes lo guardaron y guardan,
como el mayor tesoro que pueda existir en la Tierra.
Y la Sacerdotisa sigue esperando a que esa estirpe de reyes,
haga un gesto con la mano,para entregarle,
esa corona sin ornamentos ni piedras preciosas,
porque quien en su cabeza la llevará,
ya brilla con Luz celestial,
esa por la que están luchando algunos seres humanos,y que no conseguirán jamás.
Porque se olvidaron de esa maravilla de divinidad,con la que fuimos otorgados.
FANTASIA
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