era el mismo que siendo solo una niña,
le regaló su abuela.
Pasó el tiempo y el Hada seguía leyendo ese tesoro,
que solo ella, sabía el secreto que escondía.
Su familia se preguntaba,
el por que leía una y otra vez las mismas palabras,
lo que ellos no veían,
era que el libro con los años crecía y,
cada vez que el Hada leía una historia,
el libro se reescribía,
aplicando a sus paginas, otra nueva.
Quien leía sabía que las palabras,
de sus hojas se desprendían,
poniéndose ante sus ojos,
a la altura que éstos requerían.
Solo se apreciaba su Magia,
cuando éste intercambiaba sus letras,
pues mientras sucedía dicha maravilla,
las chispas plateadas que de éste salían,
delataba la Magia que el libro poseía.
Por eso el Hada lo dejaba a la vista de todos,
para que nunca nadie se pudiera imaginar,
que estaba delante de uno de los siete ejemplares,
que en un tiempo lejano,
se escribieron en ese mismo lugar,
donde el escritor fue transportado,
para que describiese, aquello que el Ángel,
que viaja en el tiempo,
puso delante de los ojos,de Julio Gabriel Verner.
FANTASIA
Como todo lo que escribes, lleno de magia, fantasía, imaginación y ternura, si de verdad existiesen las hadas, tu serías una de ellas.
ResponderEliminarBesossssssss
Existen Julia,pero son tan especiales que yo no llegaría ni a la altura de sus bonitas y brillantes alas.
EliminarBeossssss