Encajaba como podía los palos que la vida le había dado sin querer.
Eso es lo que ella creía que era, "sin querer".
Por su bonita inocencia, no podía imaginar que el hombre que ella quería,
sin querer pero queriendo, le iba quitando la vida.
Ella creía que todo lo que le estaba pasando se lo merecía.
Después de varios años se dio cuenta que nadie es quién para dar palos,
sin querer queriendo.
Pero sólo esto lo vio cuando lo divisó desde el cielo
FANTASIA
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