"No hay rango ni bandera que el amor no pueda traspasar",
me decía mi señor mirándome sin cesar,
pues sirviendo yo en su casa, no sabía qué pensar
cuando de amor él me hablaba.
"Te quiero con locura", me decía por los pasillos de su casa,
tú me decías "Te quiero" , yo nunca te creí,
pues para mi era un misterio que siendo tú quien eras,
te enamoraras de mi.
Yo me sentía pequeña ante un hombre así,
por los pasillos donde me declaraba su amor,
de rodillas se puso y en sus brazos me cogió,
cuando sus ojos yo miré, entonces me di cuenta,
que enamorado estaba de mi.
FANTASÍA
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