Mientras él la besaba,
sus pensamientos volaban
hacia esos otros labios por los que el Hada lloraba,
no de rabia ni de celos sino por un Amor que, casi clamaba al Cielo.
Pues pocas veces se vio un Amor tan puro y sincero,
como sentía el Hada de éste,
no cuento.
No por el Gnomo que la besaba ,
sino por ese otro al que sin querer queriendo
regalaba su Amor con cada beso.
Pues con el llanto el deseo,
de olvidar que quien le enseño amar se perdiera para siempre
en ese recordar que la hacia estremecer tan solo al saber,
que a quien amó y amaba se estaba dejando la piel
en recuperar un Amor que ya no podía ser.
Porque el destino, que a veces es caprichoso,
se suele dejar la piel en ese empeño
que aun a costa de no entender,
se toma y se da el lujo de desviar
por rumbos distintos,
amores que de no estar por medio el destino,
serían tal para cual.
Pero como las cosas son como son pues,
sólo hay que comprender que aquello que no puede ser,
no será y aquello que ha de ser,será.
teresa
¿Cómo se atreve vida inmiscuirse en la fantasía? ¿No debería el Hada tener algo de tiempo tranquilo, sin ser molestados por la realidad?
ResponderEliminar¿Qué es real y qué no lo es? Es que no en relación con el deseo del escritor? ¿O es que en relación con la atención del lector? ¿Es el hada real o es el gnomo no es real? ¿Realmente importa, siempre y cuando todos son así?
Y deja un buen mensaje
Besos, hermana de hada
Uy pobre hada siempre es da pena lo que no podemos cambiar. Te mando un beso y te me cuidas mucho
ResponderEliminarDichoso destino... escrito con una pluma y unas manos, que nunca son las nuestras!!! Besos Teresa!!!
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