Pegaso pone sus rodillas en tierra,
se acercaba a el, una linda y hermosa hada.
Luz, tenía por nombre y,
su corazón era tan noble y puro,
que los grandes caballos olvidados,
pero, no desaparecidos,
siempre esperaban sus órdenes.
-No te inclines, mi querido amigo,
pues el que venga de otros bosques,
que no pertenecen a la tierra,
no me da derecho a que pongas , rodilla en tierra.
El gran Pegaso lo agradeció,
el hada alzó sus alas, para subir al lomo,
del negro y brillante caballo.
Y, ésta le cuenta al alado corcel,
solo he venido , para decir, a vuestra madre la Tierra,
que estamos todas las hada con ella,
que no se debe preocupar,
pues cuando todo pinte demasiado mal,
ese será el momento, en que el cambio se consumará.
FANTASIA
me encanta teresa !!!!
ResponderEliminarGrcias
EliminarTeresa, me alegro de que estés de vuelta!.
ResponderEliminarUna encantadora entrada que vuelve a hacernos meditar.
Un beso grande.
Que hermoso!!! Luz ha dicho una gran verdad...besitos
ResponderEliminarGracias
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